La distribución Linuxfx (también conocida como Windowsfx) se presenta como un clon casi idéntico de Windows 11, pero sobre una base Linux robusta. Basada en Ubuntu 24.04 LTS y KDE Plasma, integra el kernel Linux 6.8–6.14 y una suite de herramientas llamada PowerTools, diseñada para ofrecer una experiencia reconocible para usuarios de Windows.
Kernel moderno y compatibilidad total
La versión más reciente, Linuxfx 11.25 “NOBLE”, utiliza el kernel 6.14, lo que mejora la compatibilidad con hardware nuevo y soporta cifrado completo con TPM o ZFS, ideal para sistemas modernos o entornos seguros.
Además, incluye KDE Plasma 5.27, optimizado con gestor de ventanas al estilo Windows, así como un centro de aplicaciones, actualizador de firmware y administrador de controladores, facilitando la experiencia sin renunciar a potencia ni control.
PowerTools: herramientas estilo Windows integradas
PowerTools, en su versión 1.6, añade replicaciones de funciones de Windows directamente en Linux:
- Panel de control estilo Windows
- Subsistema Android con Google Play y aceleración gráfica
- Entorno Wine mejorado, ideal para ejecutar archivos .exe y .msi
- Integración con OneDrive, Active Directory y Copilot/ChatGPT (en versión Pro)
Este entorno permite usuarios migrantes mantener su flujo de trabajo habitual sin curva de aprendizaje.
¿Para quién es Linuxfx Windowsfx?
Esta distro se dirige a usuarios de Windows que buscan una transición suave a Linux, brindando familiaridad visual y funcional, junto con software preinstalado: Edge, Teams, OnlyOffice, Steam, Android y Wine listos para usar. Además, es ligera: funciona en PCs antiguos desde 2 GB RAM y CPUs dual-core, y se instala en sistemas UEFI o BIOS tradicionales.
Aunque es gratuita, la versión Pro (~35 USD) ofrece soporte extendido (10 años), cifrado avanzado, OneDrive nativo, ChatGPT/Copilot y AD.
¿Dónde descargar Linuxfx Windowsfx?
Puedes descargarla desde la web oficial: linuxfx.org/download
Linuxfx (Windowsfx) ofrece una alternativa audaz para quienes desean seguir usando Windows sin renunciar a las ventajas de Linux. Con núcleo moderno, herramientas integradas y experiencia casi idéntica, es una opción tentadora. Sin embargo, antes de adoptar esta distro, hay que evaluar cuidadosamente aspectos como el respeto al software libre, posibles vulnerabilidades y la falta de trasparencia en el código, alertas confirmadas por la propia comunidad Linux.