Un ataque DDoS sin precedentes ocurrido entre el 6 y 7 de octubre de 2025 provocó una caída simultánea en los principales servicios de videojuegos del mundo, incluyendo Steam, Xbox Live, PlayStation Network y los servidores de Riot Games. Según reportes posteriores publicados el 8 de octubre, la ofensiva digital se atribuye al botnet Aisuru, que habría alcanzado picos de tráfico superiores a 29,6 Tbps, una de las cifras más altas registradas en la historia reciente de internet.
El alcance del ataque y las plataformas afectadas
La interrupción comenzó la noche del 6 de octubre, cuando miles de usuarios reportaron errores de conexión y descargas fallidas en Steam, seguidos por problemas similares en League of Legends, Valorant, Xbox Live y PlayStation Network.
Portales como Cybernews y PC Gamer confirmaron que las compañías afectadas enfrentaron sobrecarga en sus redes y tuvieron que limitar funciones clave, desde las tiendas digitales hasta los modos competitivos en línea.
En el caso de Steam, los primeros indicios de inestabilidad se detectaron horas antes de confirmarse el colapso. Tal como se detalló en nuestro artículo, miles de jugadores experimentaron el error “An error occurred” durante las descargas y actualizaciones, lo que ahora se interpreta como un posible preludio del ataque coordinado.
Origen del ataque y respuesta de las compañías
Fuentes especializadas en ciberseguridad apuntan a que el botnet Aisuru fue el responsable del ataque, una red de dispositivos comprometidos capaz de generar tráfico masivo y saturar los servidores de múltiples plataformas de manera simultánea.
Los datos preliminares sugieren que los picos de tráfico alcanzaron más de 29 Tbps, superando ataques anteriores dirigidos a infraestructuras tecnológicas de alto perfil.
Hasta el momento, Valve, Microsoft, Sony y Riot Games no han confirmado el origen exacto de la agresión, aunque algunas fuentes internas señalan que se trató de un intento deliberado de poner a prueba la resiliencia de los servicios globales de juegos en línea.
Durante las horas más críticas, Riot Games suspendió temporalmente las partidas clasificatorias en Valorant y League of Legends, mientras que Sony y Microsoft informaron sobre “mantenimiento no programado” en sus plataformas.
Impacto global y progresiva recuperación
El ataque tuvo un impacto significativo en Europa, Norteamérica y Asia, con picos de reportes en Downdetector y foros de usuarios que describieron caídas simultáneas y reconexiones intermitentes.
A lo largo del 7 de octubre, los servicios comenzaron a restablecerse gradualmente, aunque algunos jugadores aún reportaron inestabilidad en la autenticación y en las descargas automáticas.
A pesar de la recuperación, este incidente resalta la creciente vulnerabilidad del ecosistema online de videojuegos frente a ataques distribuidos. Si bien las compañías han reforzado sus protocolos de seguridad, el volumen del tráfico malicioso alcanzado demuestra que las DDoS a gran escala siguen siendo una amenaza real para la infraestructura digital del entretenimiento interactivo.