El iPhone Air, presentado recientemente como el modelo más delgado y liviano de Apple, ha estado bajo el escrutinio de la comunidad tecnológica por su resistencia al doblado. Con solo 5,6 mm de grosor, la duda inevitable era si podría repetirse un problema similar al “Bendgate” que afectó al iPhone 6. Diversas pruebas recientes, entre ellas la de JerryRigEverything, revelan que aunque el dispositivo se flexiona bajo presión extrema, logra superar con éxito escenarios que difícilmente se darían en el uso cotidiano.
Diseño, vidrios y materiales: claves para soportar la presión
El iPhone Air combina un marco de titanio grado 5 con vidrio Ceramic Shield 2 en el frontal y cristal reforzado en la parte trasera. Este marco metálico ofrece la rigidez necesaria para evitar deformaciones permanentes, pero al mismo tiempo cuenta con elasticidad suficiente para volver a su forma original. Durante las pruebas, el vidrio frontal mostró mejoras notables en resistencia a los arañazos, con marcas visibles recién a partir del nivel 7 en la escala de Mohs. En contraste, la parte trasera se mantuvo sorprendentemente intacta incluso cuando el panel delantero comenzó a ceder bajo presión concentrada.
Un punto adicional señalado en las revisiones es el desempeño de la capa antirreflectante de la pantalla. En este apartado, Apple no alcanza el nivel de algunos competidores como Samsung, ya que la superficie del iPhone Air refleja más luz de lo esperado bajo condiciones intensas, lo que puede afectar la visibilidad en exteriores. No se trata de un problema de resistencia, pero sí de una experiencia de uso que merece mencionarse en paralelo al análisis de materiales.
Cómo fueron las pruebas: doblado, presión y resultados
Las pruebas de resistencia incluyeron tanto presiones manuales como mediciones más controladas con maquinaria. Cuando se aplicó fuerza directamente con las manos, el iPhone Air se dobló ligeramente, pero recuperó su forma sin daños visibles ni problemas de funcionamiento. El test más exigente consistió en una medición con una grúa que aplicaba presión en el centro del dispositivo. En este escenario, el vidrio frontal terminó rompiéndose al alcanzar aproximadamente 216 libras de presión, equivalentes a unos 98 kilogramos. A pesar de ello, el dispositivo continuó operando y el vidrio trasero permaneció en buen estado. El resultado es relevante si se compara con el iPhone 6 y 6 Plus, que se doblaban con mayor facilidad bajo presiones mucho menores. Incluso Apple demostró internamente que este modelo supera con creces los estándares de resistencia estructural que maneja la compañía.
¿“Bendgate 2.0”? Lo que los usuarios deben saber
Si bien el iPhone Air puede doblarse bajo circunstancias extremas, no se trata de un caso similar al Bendgate. La flexión existe, pero el dispositivo recupera su forma original sin daños permanentes, lo que descarta un fallo estructural generalizado. El vidrio frontal es el componente más vulnerable y es el primero en ceder cuando se aplican fuerzas inusuales, aunque la parte trasera y el marco mantienen su integridad durante todo el proceso. En un uso realista, como llevar el teléfono en el bolsillo trasero o apoyar peso accidentalmente, la presión se distribuye de manera más uniforme y resulta muy poco probable que el iPhone Air sufra daños comparables a los observados en estas pruebas de laboratorio.
En conclusión, el iPhone Air demuestra ser un dispositivo sorprendentemente resistente para su delgado diseño. No es indestructible, pero sí ofrece un nivel de solidez muy superior a lo que su grosor podría sugerir, y aleja el fantasma de un nuevo Bendgate.