Un estudio revela las limitaciones de los smartwatch estrés
El reciente estudio sobre smartwatch estrés ha puesto en tela de juicio la capacidad de este tipo de dispositivos para medir estados emocionales como el estrés de manera confiable.
Investigadores de la Universidad de Leiden, junto a Eiko Fried, monitorearon durante tres meses a 800 jóvenes usuarios del Garmin Vivosmart 4. Compararon sus autoinformes de estrés, fatiga y sueño con las mediciones del reloj inteligente. El resultado fue claro: apenas existió correlación entre el smartwatch estrés detectado y los niveles reportados por los participantes. En muchos casos, el dispositivo indicó estrés cuando los usuarios estaban emocionados o simplemente activos físicamente.
En cuanto a la “fatiga” (o “body battery”), la asociación fue algo más notable, aunque todavía débil. El seguimiento del sueño mostró mayor fiabilidad: aproximadamente dos tercios de los participantes presentaron una asociación significativa entre la calidad del descanso autoinformada y la duración detectada por el reloj, con variaciones de hasta dos horas.
El estudio remarca que los smartwatch son dispositivos de consumo, no herramientas médicas. Fried enfatiza que la frecuencia cardíaca puede elevarse tanto por excitación positiva como por estrés, lo que provoca errores en la interpretación emocional.
Entre la tecnología de consumo y la investigación médica
Aunque estos resultados generan dudas en el uso cotidiano, investigaciones recientes indican que los wearables podrían tener valor en entornos controlados. Un estudio sobre el Garmin Forerunner 55 demostró que, en condiciones experimentales, el dispositivo puede igualar el rendimiento de equipos médicos en la detección de estrés inducido, gracias a la combinación de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV) y la actividad electrodérmica (EDA).
Esto sugiere que, aunque los smartwatch estrés no sean aún precisos en la vida diaria, sí podrían desempeñar un papel en investigaciones científicas o aplicaciones especializadas, siempre que se utilicen modelos y sensores avanzados.
Para los gamers y usuarios tecnológicos, la lección es clara: si bien los smartwatch son útiles como complemento para el seguimiento de actividad y descanso, todavía no se puede confiar en ellos como medidores fiables del estrés.